El videojuego de los cazafantasmas, es el ejemplo perfecto para discutir cómo las categorías indie, dobles o triples A, se quedan cortas a la hora de clasificar las ambiciones de un videojuego.
El videojuego de los cazafantasmas, es el ejemplo perfecto para discutir cómo las categorías indie, dobles o triples A, se quedan cortas a la hora de clasificar las ambiciones de un videojuego.
El popular desarrollador y creador de videojuegos japoneses voló libre en su obra más ambiciosa y personal: Death Stranding supone la libertad de Hideo Kojima
Unos apuntes sobre la última obra maestra de Pedro Almodovar... una reflexión que entre otras cosas explora el delicado equilibrio entre la inspiración y la depresión.
Decido empezar una nueva partida a Dark Souls sin el más mínimo arrepentimiento y con un ferreo compromiso de no parar de jugar hasta que salgan los créditos finales. Solo así podré regresar a la vida real y afrontar todos sus sinsabores...
El storytelling es ante todo una herramienta que permite dotar de propósito a un proyecto empresarial. Este propósito ha de elevarse por encima de los objetivos financieros y viabilidad económica de la organización y suele estar relacionado con ayudar a mejorar la vida de la gente de alguna manera.
Conservadora, blanda y sin una sola idea que nos invite a pensar que detrás hay un intento genuino de dirigir la franquicia a una nueva generación, esta adaptación televisiva es una reinterpretación gluten free de la película original y de ahí su deprimente irrelevancia.
La cuarta temporada de Black Mirror, no solo elevó la calidad media, sino que también tuvo su propio San Junipero, en este caso Hang the DJ, el cual reconozco, es mi episodio favorito de la serie.
A Black Mirror poco tardaron en colgarle el sanbenito de ser la Twilight Zone (1959-1964) del siglo XXI. Sin embargo la serie de Charlie Brooker tiene una mayor limitación conceptual que la hace más proclive al agotamiento y Hated in the Nation, sexto episodio de la tercera temporada, fue el primer aviso antes del repunte que supuso la cuarta temporada, y la caída total en los infiernos de la quinta
El gran Steve Dillon se fue demasiado pronto, pero dejó tras de si un legado de obras memorables que han pasado a la historia del cómic.
A la hora de perder peso nuestro cerebro suele jugarnos malas pasadas para las cuales no está mal disponer de una serie de recursos y técnicas psicológicas que nos permitirán gestionar mejor nuestra etapa de definición sin sufrir en exceso y que nuestros niveles de cortisol no salgan disparados hasta más allá de la puerta de Tannhausser.
Llevo escribiendo mi propio blog desde el año 2006. En aquella época yo tenía 20 años recién cumplidos y estaba descubriendo el fascinante mundo del blogging. La web 2.0 aún no había llegado, pero era impresionante la enorme comunidad de usuarios organizada en torno a nichos temáticos. La denominada bloguesfera (así la llamábamos) había explotado gracias a plataformas como Blogger o aquellas primeras versiones de Wordpress.
Era muy divertido: nos creíamos escritores, pero la mayoría éramos niños jugando con una nueva herramienta que no terminábamos de entender. Lo que nos faltaba de experiencia, lo compensábamos con un entusiasmo desmedido e inconsciente. Lo sorprendente es que teníamos una audiencia implicada, nos enlazábamos unos a otros, hacíamos colaboraciones, comentábamos rabiosamente cientos de posts y tratábamos de diferenciarnos por la vía del diseño y el estilo.
Este comportamiento tan natural nos posicionaba en Google sin saber muy bien cómo, y atraía aún más visitantes. Era algo orgánico y sencillo, antes de la complejidad del SEO actual, antes de que las redes sociales se impusieran…
Desde entonces mi blog -este blog-, ha sufrido numerosas transformaciones y rediseños. En cada una de esas iteraciones he hecho borrón y cuenta nueva. Cometí el error de eliminar cientos de artículos y textos por culpa de un perfeccionismo mal entendido. Y es que me obsesionaba encontrar una fórmula de blog que combinase mis apetencias personales, con lo que sería un portfolio de skills profesionales. Pero no terminaba de dar con la tecla.
Había, no obstante, algo positivo. Cada reboot era al mismo tiempo una involución y una evolución, pero en todo momento era un aprendizaje que reflejaba tanto mi desarrollo personal como de mi trayectoria profesional. La blogosfera ha cambiado mucho desde que aquel ingenuo chaval decidiese ponerse a escribir en 2006, hoy retomo mi blog con la intención de mantener la esencia de un blogging puro, simple y auténtico.
En esta época de ruido ensordecedor donde manda el contenido efímero, he decido que este blog va a persistir.
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