La quinta temporada de Black Mirror se queda sin batería.

Sin matices ni duda alguna: la quinta temporada de Black Mirror ha sido una decepción total que me hace preguntarme si el fabuloso formato creado por Charlie Brooker está agotado. Los escasos tres episodios de esta quinta entrega reciclan ideas de anteriores temporadas con guiones más conformistas y peor escritos, sin ningún episodio destacado como San Junipero o Hang the Dj que puedan maquillar el descalabro del conjunto...

Análisis de la quinta temporada de Black Mirror

Llegamos a la desafortunadísima quinta temporada de black mirror.

 La peor de todas por su alarmante falta de ideas, carácter blando y ausencia de un solo episodio digno de mención. Pero lo más imperdonable sin duda es la ausencia total de esa capacidad de inquietar al espectador y el abordaje de una perezosa autoparodia como única salida al problema.

Striking Vippers

striking vipers quinta temporada black mirror

La quinta temporada de Black Mirror comienza con un homenaje de Brooker al mundo de los videojuegos, concretamente a los juegos de lucha tipo Street Fighter (el título del episodio hace referencia a Fighting Vippers, un juego de SEGA de mediados de los 90). No es la primera vez que Brooker hace un guiño a una de sus grandes pasiones, el problema es que a pesar de ser el más memorable y goloso del pack a nivel de realización, hay una absoluta falta de ambición en el contenido.

 Lo que al principio parecía un planteamiento post-humanista con cierta ambición, al final se convierte en un chiste de Pablo Motos, en un comentario cuñao de cuarentones quemados en la barra libre de una boda. Y es que tanto rollo para llegar a una vergonzante conclusión en la cual el pacto final funciona una metáfora de un «día de libertad» dentro de una pareja monógama.

 Sé que mucha gente considera a Black Mirror una serie conservadora y normalmente no estoy de acuerdo. Sin embargo, en este caso sí hay un punto de vista obviamente reaccionario, y a pesar de lo divertido de la propuesta, es decepcionante cuando viene de alguien como Charlie Brooker, a quien tengo en bastante alta estima política.

Smithereens

quinta temporada de black mirror

Otro caso de reciclado de ideas, que a nivel de tono conecta con el tedioso Hated in the Nation, de la tercera temporada. Es el episodio de la temporada que más apuesta por el género puro, policiaco en este caso, con trazas de Expediente X y algo del Ex Machina de Alex Garland. Y esto no es malo per se. Pero el primer problema es que la premisa es bastante más coja de lo habitual en Black Mirror.

Como de costumbre el episodio intenta abordar temas relevantes como la adicción a las redes sociales, la invasión de la privacidad y nula responsabilidad de los CEOs megalomaniacos detrás de estas tecnologías. Pero la ejecución cae en estereotipos de sci-fi bastante poco estimulantes, ya vistos anteriormente en Black Mirror, y lastrados por unos personajes unidimensionales.

Se agradece el in crecento en la intensidad del episodio, pero el concepto de partida nunca se explota a fondo, y se siente como una oportunidad perdida para abordar temas sociales importantes de manera más matizada y significativa. Si bien no cae en los terrenos conservadores de Striking Vippers, son cerca de cincuenta minutos de un coñazo casi delictivo. Probablemente el peor episodio de la quinta temporada de Black Mirror. 

Rachel, Jack and Ashley Too

El mejor capítulo de la quinta temporada de Black Mirror, y el único que no me atrevería a calificar de decepcionante, pero que aún así se queda lejos de logros pasados. La trama que se aleja de las raíces tradicionales de Black Mirror a nivel tonal. Es un episodio un tanto marciano, que prefiere evitar la profundidad impostada y la oscuridad conceptual de las temporadas anteriores, y prefiere buscar un estilo más ligero (quizás como prólogo de lo que vendrá en la sexta temporada).

 Pero de nuevo estamos ante un episodio que no sabe llegar a la resolución de una forma satisfactoria (la gran asignatura pendiente de Brooker). Aunque la premisa de la inteligencia artificial y la explotación de celebridades hace un buen manejo de la intriga, la ejecución parece confusa y el final parece llegar por una inercia consecuencia de una ausencia de dirección y un propósito claro. El caso es que con esta temporada hemos llegado a tal nivel de desidia en la escritura, que agradezco enormemente el intento de probar cosas nuevas.

Además, este episodio seguramente ha inspirado la infinitamente más disfrutona M3GAN, una chabacana película de Blumhouse que gracias a su guion de derribo y a su autoconsciente falta de pretensiones, es mejor episodio de Black Mirror que cualquiera de los que forman esta terrible, terrible temporada.

 

netflix black mirror

Esta es la cuarta parte de una serie de artículos sobre Black Mirror.  A continuación dejo enlaces a los artículos anteriores.