Nacho MG Opinión Hang the DJ, el mejor episodio de Black Mirror

Hang the DJ, el mejor episodio de Black Mirror

La cuarta temporada de Black Mirror, no solo elevó la calidad media, sino que también tuvo su propio San Junipero, en este caso Hang the DJ, el cual reconozco, es mi episodio favorito de la serie.

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Hang the DJ: el mejor episodio de Black Mirror

Con su entrada de lleno en el territorio mainstream vía talonario de Netflix, Black Mirror alcanzó su mayor pico de popularidad ¿Las razones? Mayores valores de producción, grandes directores y actores procedentes de la gran pantalla, un marketing brillante y sobre todo, un episodio: San Junipero, que destacó sobre todos los demás de la tercera temporada y consiguió desviar la atención del más que obvio bajón que había sufrido la serie con respecto a su etapa en BBC.

 El caso es que la cuarta temporada, que llegó un año después, no solo elevó la calidad media, sino que también tuvo su propio San Junipero en lo que bajo mi punto de vista es algo totalmente intencionado por parte de Charlie Brooker.

En cualquier caso tengo que decir que objetivo cumplido. Hang the DJ es mi episodio favorito de la serie y os explico por qué.

Argumento y premisa.

 El planteamiento de Hang the DJ parte de una premisa muy Blackmirroriana: en una sociedad distópica donde la elección de la pareja es determinada a través de un algoritmo infalible, dos individuos deciden ir contra el sistema, no sin antes pasar por un tedioso proceso de ensayo y error con otras parejas.

Finalmente los protagonistas consiguen volver a reunirse, confirmando que su intuición original era la correcta… pero entonces llega el giro donde se nos revela que todo aquello, desde el principio, no era más que una simulación para entrenar un algoritmo y ni siquiera los protagonistas eran personas reales.

La búsqueda automatizada de la pareja perfecta en ficción

Esta idea de la «burocratización» de la selección de pareja no es nueva en absoluto en ficción, y la distopía definitiva de 1984 (George Orwell) ya tocaba tangencialmente este tema.

Pero podemos ir mucho más allá: así a bote pronto se me ocurren un montón de ejemplos que han tocado este tema en todo tipo de medios.

  • Literatura juvenil internacional, «Matched» de Ally Condie.
  • En literatura infantil juvenil nacional, «Los Bonsáis Gigantes» de Lucía Baquedano.
  • En televisión «Osmosis» (Audrey Fouché, 2019), curiosamente también para Netflix.
  • Clásicos del cine mainstream como «La Fuga de Logan» o «Gattaca». Incluso comedias como «Timer».
  • Y también quiero recordar la retorcidísima «The Lobster» (Yorgos Lanthimos, 2027), donde si bien no es un algoritmo lo que decide la pareja, temáticamente está más cerca de lo que parece de Hang the DJ.

Estas son las primeras que se me vienen a la cabeza, pero hay cientos de ejemplos. 

Hand the DJ es puro Black Mirror, pero con un giro para la esperanza… o no.

El tono del episodio es deliberadamente luminoso, casi engañoso. Frente a la habitual atmósfera opresiva de Black Mirror, aquí todo parece amable y conecta con el cine indie de la época, con una fotografía artificiosamente cálida y diálogos ligeros más propios de una comedia romántica. Aparentemente los protagonistas parecen tener margen de decisión, pero esa falsa sensación de libertad es justo lo que alimenta una incomodidad permanente que va permeando poco a poco en el subconsciente.

La trama se presenta en un formato de drama romántico, con pinceladas de comedia y un climax dentro del canon Blackmirroriano más optimista… y nada más cómodo y satisfactorio para el espectador que un final feliz. El caso es que detrás de esta solidísima estructura de probada eficacia hay algo que no termina de encajar, que invita a pensar que quizás estemos ante el episodio más retorcido de toda la serie: una trampa de tono amable pero contenido perverso.

Este disfraz esconde una inquietante reflexión sobre el control algorítmico de las emociones y la tiranía de la búsqueda de la «perfección» en la pareja.

¿Es Matrix el amor romántico?

hang the dj el mejor episodio de black mirror

Creo que Hang the DJ es un trampantojo. 

Los protagonistas cuestionan constantemente el ritmo y la presión del sistema en que están metidos » ¿Otro candidato? ¿Tan rápido?». Se repiten una y otra vez. Además no existen fuera de ese contexto,  no sabemos nada de sus vidas más allá de ese circuito de emparejamientos en bucle, ni de sus intereses, ni de su pasado, ni de un horizonte vital que no pase por la búsqueda de la pareja asignada. Individuos sin contexto, sin agencia, sin relato propio, reducidos a una única cosa: cumplir su función romántico-afectiva dentro del sistema.

La explicación literal que ofrece el episodio —esa revelación final de que todo era una simulación diseñada para optimizar elecciones sentimentales— , no es más que un compromiso de la formula Black Mirror: dar un cierre inquietante y satisfactorio que permita hacer la experiencia suficientemente masticable para el gran público. Pero es decisión del espectador conformarse con eso, o asumir que, Brooker no estará lanzando una advertencia tan perversa como la de otros episodios memorables de la serie, como el terrorífico «The Entire History of You» de la primera temporada.

Mi explicación de Hang the DJ

Hang the DJ me ha llevado a hacerme algunas preguntas.

  • ¿Somos realmente libres cuando elegimos a alguien, o estamos siguiendo un guion aprendido que responde a expectativas sociales y algoritmos invisibles?
  • ¿Solo podemos saciar nuestras necesidades afectivas y lograr la felicidad plena a través de la consecución del amor romántico definitivo?
  • ¿Es esta la versión actualizada de algo que lleva existiendo siglos entre nosotros: la construcción de la familia tiene un objetivo final de comodidad, acumulación y consolidación de riqueza y poder? ¿En ese caso no es el vínculo afectivo un estorbo funcional? ¿No sería mejor que alguien resolviese ese problema por nosotros?

 El como responder a estas preguntas está en manos del espectador, de sus principios y su ideología.

 Por mi parte, lo tengo muy claro. Charlie Brooker está cuestionando la propia idea de «romanticismo» y por extensión, su consecuencia: la familia. Ambos, constructos sociales que sirven como herramienta de un statu quo que intenta autoperpetuarse y mantener sus privilegios, de ahí que sea una de las principales armas de los reaccionarios, la derecha y la extrema derecha. 

 Una sociedad que delega la construcción de vínculo afectivo en intermediarios es una sociedad que asume que hay cosas más importantes en las que invertir el tiempo. Ser productivo, generar valor económico, aumentar tu estatus, aparentar éxito y acumular posesiones. Nada de eso tiene que ver con el amor. 

El subtexto de Hang the DJ y Black Mirror

 Nunca me cansaré de repetirlo: Black Mirror no habla de los peligros de las nuevas tecnologías, sino que satiriza el uso que hacemos de ellas.

 Por tanto, Hang the DJ no pretende especular sobre lo fácil que será encontrar una pareja compatible en el futuro, sino de lo cerca que estamos todos nosotros de parecernos a las IA protagonistas de esta historia. De ser, en definitiva, un amasijo de ceros y unos condenados a repetir el mismo proceso una y otra vez sin tener la más mínima influencia en nuestro destino final, porque así es como esta programado todo el tinglado desde hace demasiado tiempo sin que nosotros tuviéramos poder de decisión alguno en todo eso

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Esta es la segunda parte de una serie de artículos sobre Black Mirror. Puedes leer el primero aquí.
Puedes ver las seis temporadas de Black Mirror en Netflix.

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