La precuela de La Cosa

Unas pocas líneas hablando de la precuela de La Cosa, un regreso al universo del clásico más recordado de John Carpenter

No voy a esconder el amor que profeso a la obra de John Carpenter, especialmente en los 80, época a la que pertenecen dos de mis películas favoritas de… todos los tiempos: Están Vivos y La Cosa. Por eso me he acercado a esta precuela de La Cosa con más escepticismo que otra cosa.

Lo malo

Es muy probable que el responsable de la la precuela de La Cosa que se estrenó ayer en España (el debutante Matthijs van Heijningen Jr), sea también un admirador de Carpenter, a tenor del inmenso tributo formal que ha realizado. Lamentablemente las buenas intenciones no son suficientes para salvar una película lastrada por un guion prefabricado, falto de ideas y que apuesta por planteamiento tan cobarde como es el hecho de tratar de hacer un remake encubierto de la película original, disfrazándolo de secuela (precuela en este caso) al uso.

La “Nueva” Cosa desaprovecha el potencial de una hipotética historia de orígenes al limitarse a repetir el esquema y estructura de la película de 1982. Sin embargo tanto homenaje y reverencia pronto dejan paso a un desarrollo mecánico que pocas veces se permite el lujo de distanciarse de la original. Uno de esos escasos momentos de libertad es el final, donde un torpe Van Heijningen ya sin la referencia de Carpenter, se marca un climax a medio gas tan caótico como insatisfactorio.

Lo menos malo

Al menos podemos celebrar de que la precuela de la cosa vaya directamente al grano, permitiéndonos ver desde una perspectiva mucho más explícita al mítico monstruo (y sus entrañas) y logrando que prácticamente todas sus apariciones inquieten lo suyo. Quizás solo esto ya sea suficiente para darle una oportunidad. Pero lo cierto es que precisamente su esmerado interés en parecerse lo máximo posible a la película original, también le permite heredar aciertos y elementos de un género que, reconozcámoslo, no está en su mejor momento en la actualidad.

Además, contamos con una protagonista como Mary Elizabeth Winstead, que derrocha carisma en cada escena y mantiene el tipo ante el recuerdo del legendario Kurt Russell original.

En fin, que podría haber sido peor.