El nuevo color de La Broma Asesina

La nueva edición del clásico de Alan Moore y Bryan Bolland sale con polémica: el nuevo color de la broma asesina ha sido íntegramente realizado por el propio Bolland, descartando el original de John Higgins. ¿El resultado está a la altura?

El nuevo color de la broma asesina ¿recoloreado respetuoso o destrozo?

Cuando el año pasado se publicó la versión americana de La Broma Asesina que conmemoraba el vigésimo aniversario de su publicación, hubo cierta polémica en torno al nuevo color digital que realizó Brian Bolland expresamente para esta nueva edición. Pues bien, descartando a los polemistas y exagerados habituales (“¡El Photoshop es un invento del demonio! ¡Bolland es un vendido! ¡Que le corten la cabeza!”), las bases de esta polémica eran fundadas y ahora que la edición de Planeta esta en el mercado, es un buen momento para retomarla.

Resultado final: el autor tiene la última palabra.

Ante todo hay que tener en cuenta un aspecto muy importante que pocos parecen tener en cuenta: el nuevo color de La Broma Asesina es el que Brian Bolland buscaba originalmente y no el de John Higgins, más colorido y “pop” y por lo tanto alejado del ambiente lúgubre que pretendía el dibujante. Este resultado final se acerca, pues, a la intención original.

No lo digo yo, leeros la edición Absolute, que incluye un artículo donde Bolland comenta todo esto en profundidad.

Solo por eso, y mal que les pese a los más conservadores, el color de esta edición debería ser respetado y considerado tan válido como el original independientemente de todos los puntos discutibles. Sin embargo aunque soy un acérrimo defensor de los medios digitales para la creación y restauración de obras gráficas, creo que esta labor de recoloreado contiene una serie de aspectos discutibles a pesar de partir de una intención tan respetable cómo es el hecho de que se trate de decisiones del propio autor original de la obra.

Los problemas: un color moderno sobre un «lineart» pensado para colores planos.

El principal problema es el que suele dar se en este tipo de trabajos: recolorear un cómic “antiguo” con un estilo (ojo, estilo, que no técnica… lo que importa es el resultado) “moderno” provoca contradicciones en el resultado final. No se trata de que haya degradados, brillos o cambios cromáticos, sino de aplicarlo de forma incorrecta. Fijaos en este ejemplo.

el nuevo color de la broma asesina
(No he encontrado la viñeta original en blanco y negro, y he tenido que extraer el entintado de la nueva versión, así que perdonad la inexactitud de la comparativa y el quemazón de la línea).

uevo color de La Broma Asesina

Como podéis ver, ese aspecto de degradado gradual, suave, posiblemente pintado con pincel de tipo aerógrafo de Photoshop (o programa similar), contradice la técnica de tramado a tinta que utilizó originalmente… Es más que probable que, de haber existido esta técnica de coloreado en 1988, Bolland no hubiera utilizado esos tramados.

El color -además de su función narrativa-, debe que potenciar y destacar las características del dibujo original, no sustituirlas ni corromperlas. Esta «corrupción» es lo que ocurre en ocasiones con el nuevo color de La Broma Asesina. ¿Por qué narices hay que simular un volumen mediante coloreado si ya estaba presente en el dibujo original? ¿Solo porque se pueda hacer con cierta sencillez (otra cosa es hacerlo bien) tenemos que aplicarlo?

A mi estas páginas me resultan más anodinas que las originales, ya que omiten la función narrativa del color original, y en otros aspectos hay una sobresaturación de recursos para dar volumen al arte gráfico, como si el dibujo me estuviera gritando todo el tiempo. En otros aspectos, como la elección de la paleta de colores, el color de Bolland propablemente sí es más acorde a esa atmósfera enfermiza que buscaba Bolland. Pero… ¿A qué precio?

Tampoco quiero montar un drama con esto. Ambas versiones están bien y la obra apenas es perturbada por el cambio de color. De hecho a nivel de coherencia visual, paleta de colores y ambientación, creo que el color de Bolland cumple sobradamente… Pero en todo lo demás (técnica, función narrativa y ejecución en función de lo que necesitaban las páginas en blanco y negro), gana Higgins.

Además, poniéndonos nerds, me irrita que Bolland haya eliminado el circulo amarillo del símbolo de Batman. ¿Por qué lo ha hecho?