Entender el Cómic, de Scott McCloud

Son muchos los que deberían leerse Entender el Cómic, especialmente aquellos que ven el mundo de los cómics desde fuera y lo juzgan desde una prepotente ignorancia

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La pedazo de entrevista que Zona Negativa ha realizado a Scott McCloud me recuerda que tenía pendiente escribir algo sobre sus tres obras teóricas (o dos y media), empezando por Entender el Cómic, aquella que le encumbró como uno de los mayores entendidos en la materia y considerada prácticamente con unanimidad como el más completo y honesto estudio sobre el potencial y validez del cómic como medio de expresión artística.

El ensayo definitivo sobre los tebeos

Partiendo del camino teórico recorrido previamente por el maestre Will Eisner en El Cómic y el Arte Secuencial, McCloud desarrolla su tesis en formato cómic estructurado en nueve episodios. Cada uno de ellos está centrado en un conjunto de recursos narrativos únicos del cómic que ningún otro medio puede plantear. La idea que vertebra esta obra es que, cada uno de estos pilares narrativos configuran un lenguaje único e ilimitado, ya sea como medio de comunicación o de expresión artística. Scott McCloud propone el de hecho el cómic es un medio aún por explotar y cuyo crecimiento ha sido torpedeado en innumerables ocasiones por culpa de la mala imagen e ideas preconcebidas que aun hoy día se mantienen en el consciente colectivo.

«Ilustraciones yuxtapuetas y otras imágenes en secuencia deliberada, con el propósito de transmitir información y obtener una respuesta estética del lector»

Quizás lo más polémico de la obra sea esa definición, algo pomposa, de “Arte Secuencial” heredada de Eisner. McCloud profundiza en el significado técnico de ese concepto tan abstracto y lo encajona en una definición teórica tan interesante como insensata. “Ilustraciones yuxtapuetas y otras imágenes en secuencia deliberada, con el propósito de transmitir información y obtener una respuesta estética del lector“.

Afortunadamente esta definición queda relegada a una nota a pie de página pasado el primer capítulo, y solo recurre a ella como si de un running gag se tratase. Da la sensación que McCloud no se toma demasiado en serio esa definición, pues el resto de la tesis gira en torno a un concepto mucho más interesante:

La naturaleza del cómic, su auténtica esencia, está en lo invisible, en el espacio entre dos viñetas. ¿Quizás de ahí el subtítulo El Arte Invisible?

Una obra impepinable y apasionada de un auténtico amante de los tebeos

Por su parte, para ganarse al lector McCloud no se limita a soltar un denso y aburrido discurso, y configura un grafismo simple pero exquisito en el que se dibuja a si mismo en infinidad de viñetas intentando transmitirnos sus conocimientos e ideas de una forma directa, aprovechando al máximo las ventajas del medio: el autor norteamericano hace uso de una inmensa cantidad de recursos que demuestran que esta obra, tal y como está planteada, sería imposible de realizar en otro medio.

El tono reivindicativo refleja la pasión que McCloud siente por los tebeos, pero en todo momento

Son muchos los que deberían leerse Entender el Cómic, especialmente aquellos que ven el mundo de los cómics desde fuera y lo juzgan desde una prepotente ignorancia, sin criterio ni moderación. Estoy seguro que su visión de los tebeos cambiaría radicalmente, aunque no lo quieran reconocer.